Cómo afecta económicamente un ERTE a tu pyme
Sin lugar a dudas, la mayor preocupación que a todos nos infunde el COVID-19, después de la salud, es qué va a pasar con nuestro sustento, habida cuenta del brutal impacto económico derivado de la crisis provocada por la epidemia.
Hoy en día, más de tres millones de trabajadores están afectados por un ERTE; por ello, creemos conveniente aclarar conceptos para arrojar algo de luz a la difícil situación a la que se enfrentan pymes y autónomos, ayudándoles a hacer frente al envite de la pandemia.
Qué es un ERTE
Pues bien, un Expediente de Regulación Temporal de Empleo o ERTE es una medida que adopta una empresa ante una situación de excepcional adversidad para reducir sus costes laborales por un tiempo determinado a fin de poder remontar las dificultades y continuar con su actividad una vez superada la situación.
Ello puede suponer una reducción de jornada o de la actividad, o bien un paro de la actividad, dejando en suspenso los contratos de trabajo y a los empleados en situación legal de desempleo durante el período de tiempo que se prolongue la medida.
En ambos supuestos se prevé que los salarios sean complementados por la Seguridad Social: en el supuesto de reducción de jornada o actividad realizando aportaciones proporcionales a la reducción practicada, y en el caso de suspensión de los contratos haciéndose cargo de abonar a los afectados una prestación equivalente al 70% de la base salarial durante los seis primeros meses, y al 50% en los sucesivos.
Principales diferencias entre ERE y ERTE
La principal diferencia entre un ERTE y un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) es el carácter temporal del primero, frente a la naturaleza definitiva del segundo.
Así, mientras que un ERTE es una situación transitoria que tiene como fin último reanudar o continuar la actividad de la empresa, un ERE supone el cese de negocio o el cierre de la actividad (o parte de ella) de la empresa, lo que supone el despido de todos sus trabajadores.
Cuáles son los requisitos para aplicar un ERTE
En realidad, el único requisito que debe cumplir una empresa para solicitar un ERTE es el de acreditar la concurrencia de una causa; esta puede ser económica, técnica, organizativa o, como en el caso que nos ocupa, de fuerza mayor.
Consecuencias económicas para las pymes
Si bien es cierto que la declaración del ERTE supone un ahorro en costes laborales, no puede perderse de vista que detrás de esta decisión está la dificultad económica que pone en riesgo la viabilidad de la empresa.
Además, ello conlleva la pérdida de negocio, la reducción de los ingresos y el riesgo de incurrir en incumplimientos contractuales que pueden acarrear en pago de indemnizaciones e, incluso, la imposición de sanciones.
Cada ERTE dependerá del tipo de empresa y negocio, siendo recomendable contar con un buen asesor que acompañe al empresario en este difícil proceso y ayude a minimizar en lo posible las consecuencias económicas y humanas de un ERTE, a fin de que supere la situación de la mejor manera.