Esto le decía el miércoles pasado a un buen amigo y cliente, gerente de una PYME industrial, con una plantilla media de 10 empleados aproximadamente, al cual tengo que darle mi opinión con prudencia porque la verdad es que su empresa gana dinero.
El caso es que se queja constantemente que no encuentra gente con comprometida, profesional. Que todo lo tiene que hacer el, que si no lo hace el, las cosas no salen.
Diez años me parece mucho tiempo para no haber encontrado un buen encargados y unos buenos oficiales. ¿Seguro que la culpa es de los profesionales?
Mi amigo está en las máquinas, atendiendo proveedores, clientes….. Chico para todo.
¿A cuánto sale la pieza que haces tú? Te has dado cuenta que realizas funciones de oficial de primera y tienes un sueldo de director general. Eres el oficial de primera más caro que tiene la empresa.
ANDA ANDA ANDA, me decía, deja de leer tanto librito, que lo que hay que hacer es trabajar…….
Esto que me pasó el miércoles pasado es muy muy común en mi día a día, la mayoría de los empresarios de PYME, se pasan el día apagando fuegos, reaccionar ante lo que surge, creyendo que su capacidad de liderar consiste en su capacidad de reaccionar.
La mayoría de los emprendedores y empresarios con los que empezamos a trabajar en Sanjuan tienen un perfil muy técnico, Grandes Mecánicos, Arquitectos, ingenieros, vendedores……..
Se pasan el día muy ocupados, haciendo lo que saben hacer, sin límite, trabajando en su empresa haciendo todo lo que está a su alcance para sobrevivir. Invierten todo lo que tienen y todo lo que no tiene: su futuro, su casa, su tiempo, sus relaciones de para
eja, su vida, sus posibilidades, todo para conseguir algo que, muchas veces, no llegan a identificar ni a definir. Tienen una visión aproximada, una visión de ser autónomo, una visión de ser su propio jefe, una visión de independencia económica, una visión de un estilo de vida idealizado del que ha oído hablar en un seminario, o del que ha leído en un libro de autoayuda…
En Sanjuan, insistimos mucho en este discurso, y la necesidad de marcar un camino que nos lleve donde queremos llegar, medimos los factores clave para determinar lo que pasa en el negocio, para bien o para mal.
Nuestro cliente puede adelantarse a los problemas antes de que se hagan realidad, pueden saber exactamente que áreas requieren su atención personal y cuáles no.
Sus decisiones son válidas porque se basan en buena información, y no en creencias, ni opiniones, ni en una visión incompleta del negocio.